Aunque parezca mentira (porque el tiempo pasa muy rápido). Ya estamos en la novena generación de consolas. La misma, por motivos y dificultades derivados por la pandemia, todavía no ha arrancado del todo, aunque ahora perece que la situación se está normalizando poco a poco. Aún sigue sin haber del todo stock en tiendas, los juegos exclusivos tanto de PS5 y Xbox Series X están llegando a cuentagotas. Prácticamente, casi todos los juegos que salen al mercado son intergeneracionales, porque también aparecen para PS4 y Xbox One, y esto, aunque no guste, perjudica a PS5 y Xbox Series X/S, porque cuando se desarrolla un juego pensado para ser lanzado como multiplataforma, su inicio de desarrollo se inicia partiendo de la base para la consola menos potente.
Todas estas cosas demuestran, que la actual generación de consolas debuto demasiado pronto. Tanto los lanzamientos al mercado de PS5 y Xbox Series X/S, que llegaron en el 2020, se tuvo que posponer algún año más, ya que, la pandemia obligaba a ello. Estaba cantado que, tanto Sony y Microsoft, iban a tener dificultades para poner sus respectivas consolas en el mercado de forma fluida, y lo que es más importante, que los usuarios la pudieran comprar, o bien por la falta de stock, o bien por falta de economía. Porque mucha gente se quedó sin trabajo o parados de larga duración por culpa de la pandemia.
Otro aspecto que demuestra que la novena generación debuto pronto, es por el ciclo de vida de PS4 y Xbox One. Todavía se están desarrollando juegos para ellas, aunque sean multiplataforma, y así será por lo menos hasta el 2025, ya que, tanto Sony y Microsoft, quieren seguir dando soporte a las citadas consolas, porque son conscientes de que muchos usuarios todavía no han dado el salto a la actual generación.
Cuando unas compañías desarrollan nuevas consolas pensando en clave futuro, lo lógico es que, lo hagan con la idea de mejorar lo ofrecido y visto en la anterior generación. Ya de entrada, lo están consiguiendo, pero, por otro lado, hay cosas que tienen que mejorar y, sobre todo, avanzar. Todavía hay mucho por hacer, y es algo que ya he hablado en alguna ocasión, como por ejemplo que se necesita dar un paso más en la jugabilidad, IA, etc. Se ha demostrado en las últimas generaciones, que las consolas están pensadas en ofrecer gráficos fotorrealistas, y así convencer a la gente para la compra de las consolas a través de los ojos, en vez de hacer evolucionar un apartado que es la clave de que un videojuego tenga éxito, y que no es otra que la jugabilidad y una buena historia. En esto último, sí que sea visto avances, ya que, las historias son cada vez más complejas y, además, tienen un enfoque muy cinematográfico que los acerca al cine.
A PS4 y Xbox One, todavía le quedan cuerda para rato, gracias a ello, los usuarios podrán seguir jugando a grandes juegos sin la necesidad de momento de dar el salto a la actual generación, aunque este año, habrán algunos juegos triple A, que solo se podrán jugar en PS5 y Xbox Series X/S
Pero otro de los aspectos clave y necesarios para la experiencia del jugador, es la optimización y rendimiento en los juegos, y que en este sentido vemos que, a pesar de la potencia que diferencian una consola de otra con cada nueva generación. Nos encontramos con que las compañías siguen sin dar con la tecla para que los videojuegos lleguen desde el día uno a las tiendas con un rendimiento optimo y optimizado. Los problemas de rendimiento persisten con PS5 y Xbox Series X/S, cosa que es sorprendente por la potencia de ambas consolas. De momento, las citadas maquinas, no alcanzan los tan deseados 4K y 60 fps de forma conjunta, solo algunos y concretamente los de la anterior generación que los podemos jugar en los actuales sistemas, llegan a los 4K y 60 fps. Al igual pasa con el tan cacareado trazado de rayos, que son unos muy pocos juegos que lo aprovechan de forma aceptable. Los últimos juegos que han llegado al mercado tienen la opción de que los puedas jugar sacrificando la calidad grafica a favor de un mejor rendimiento a 60 fps. Y si lo que prefieres es priorizar los gráficos a costa de un mejor rendimiento, esto último es muy apetitoso, y una tentación, pero acarrea consecuencias y no es recomendable.
Por un lado, los que juegan a PS5 o Xbox Series X/S, y lo siguen haciendo con su televisión de hace varios años, es decir, con las teles que solo llegan a los 1080 de resolución. No notaran apenas diferencias gráficas, quitando algunos casos en los que habrá juegos en los que se vean con una calidad mejorada. Y sobre el rendimiento, percibirán un ligero desenfoque y retardo en la imagen. Esto sería un anticipo de lo que nos encontraríamos si tuviéramos (como es mi caso), una televisión con HDR y 4K. Ya que, estas teles, usan por defecto el modo juego cuando jugamos dando una calidad de imagen optima y de gran rendimiento. Pero claro, para que el rendimiento haga bien su función, debemos elegir en los juegos, la opción priorizar rendimiento. Al hacer lo propio, el juego baja la resolución, en el caso de por ejemplo y por citar alguno, el remake del Dead Space, se sitúa a una resolución de 1440, ósea que no llega a los 4K, pero con unos gustosos y fluidos 60 fps.
El remake del Dead Space, es solo un ejemplo de juegos que llegaron al mercado con falta de optimización y problemas de rendimiento, eso si, es un juegazo
Si priorizamos la calidad gráfica, sacrificando rendimiento, nos encontramos con un juego con desenfoque, Isaac Clarke parece que va a cámara lenta, y da la sensación de pesadez en sus animaciones. Y por momentos, el juego se muestra inestable. Como veis, las actuales consolas, tienen dificultades para mover ciertos juegos a pleno rendimiento en la actualidad. Pero no es lo único, llegan al mercado con problemas de falta de optimización. En el caso del citado remake del Dead Space, y ya después de dos actualizaciones, me sigo encontrando bugs y situaciones en los que el juego no responde, como que de repente, el sonido se oye bajo, los puntos de guardado y otras acciones, quedan inoperativos, y a veces el juego se cierra solo, apareciendo en pantalla el famoso error de la aplicación, y otros bugs que me han aparecido que me han obligado a cargar la partida.
El God Of War: Ragnarok, también sufre de problemas de rendimiento que me han obligado también a iniciar partida desde el último punto de control. Como habilidades que no se pueden activar, o como ves a Atreus que se queda enganchado en algún sitio y no puede avanzar, entre otros problemas. Hogwarts Legacy tampoco se libra de falta de más optimización, en consolas suele ir un poco más fino, pero es en PC donde está dando más problemas. Llevamos unos últimos lanzamientos de juegos al mercado, con una falta de optimización más que evidente, en el que tampoco se salva The Callisto Protocol, no por bugs, sino por la simple razón, de que el juego y el HDR de nuestra televisión, no son muy amigables, dando problemas en la calidad de imagen. Pero aquí no queda la cosa, juegos como Dying Light 2, Horizon: Forbbiden West o The Witcher 3, también llegaron con falta de optimización, por lo que ya es una tendencia.
De momento, las compañías no dan con la tecla para mejorar el rendimiento de los juegos, estamos en la novena generación de consolas y no lo parece. La novena generación como he citado anteriormente todavía no ha arrancado del todo, y aún hay tiempo para que las desarrolladoras pongan en el mercado juegos con un rendimiento optimo. Pero parece que las mismas, se han acomodado, y ya llevan así un tiempo por el fenómeno y la explosión de internet. Lo digo, porque internet, atraído cosas buenas al sector como con todo en general. Pero también ha conllevado a que, las compañías con la excusa de que con internet podemos actualizar los juegos, se olvidan de que los mismos lleguen en óptimas condiciones al mercado, y seamos nosotros los que mejoremos el rendimiento de los títulos a base de actualizaciones o parches.
Priorizar la calidad de imagen sacrificando el rendimiento y la fluidez en la ya mayoría de los juegos, decanta la balanza de forma no muy agradable para la experiencia jugable y grafica, en la imagen se ve un ejemplo
Hasta aquí la entrada de hoy…El futuro nos dice que, los videojuegos cada vez serán más complejos y requerirán un trato especial por parte de las compañías a lo que a rendimiento se refiere, esto ira acompañado de un hardware más potente como es lógico. Pero de nada sirve todo ello, si seguimos anclados con los mismos problemas desde hace generaciones.
¿Y vosotros/as? ¿Que pensáis de todo este tema?…Hasta próximas entradas.